lunes, 15 de marzo de 2010

Despierto y tú
despiertas en mí
como en cada
amanecer...

Entonces
soy hijo del
silencio
y tú, fruto
de mi recuerdo.

Abro los ojos.
Te veo en mi mente.
Me hablas con voz
eterna pues aquello
de lo tuyo y lo mío,
es y seguirá siendo
para siempre...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos llenamos de silencios, de bellos amaneceres, nos bebemos la vida estrujando los recuerdos.
¡Que maravilloso es sentir !

Namyra

Anónimo dijo...

Un agnóstico como yo, por la Gracia de Dios, podría encontrar contradicciones de la existencia de Este.

Un insensible como yo, podría entrever el amor en la contrariedad.

Y un imbécil como yo, es capaz de ver y sentir la belleza hasta en una piedra del camino.


Frank Zappa