martes, 13 de abril de 2010

A mi amigo desconocido

Me encantaría valorar tu amistad; tomar en su justo valor aquello que me ofreces y yo te doy. Me gustaría tener la libertad de ser quién soy sin perturbar aquello que tú no calibras demasiado bién en mi y yo, por mi parte, intentar comprenderte para no juzgar aquello que no está muy claro. No sabes bién como deseo tu amistad en su justa medida. Con frecuencia y por casualidades de la vida, mis amigos me eligen y yo los acepto. Por mayor error de la vida,nos equivocamos los dos en un camino de desencuentros,desengaños y de disgustos mutuos...
Un amigo que nunca falla es aquel a quién jamás conocí y pienso en más de una ocasión, que ese amigo, solo soy yo en mí...

2 comentarios:

Angeles dijo...

El verdadero amigo no es aquel que te regala una rosa, es aquel que le quita las espinas, precioso escrito y muy cierto, como solo tu sabes hacerlo. Un BSO

Pepe dijo...

La amistad verdadera es desinteresada, no juzga al amigo, interpreta todo gesto y palabra del amigo como hecho o dicha con la mejor intención, nada pide al amigo aunque lo da todo. Entre los amigos verdaderos fluye una corriente de empatía y afecto. Los verdaderos amigos aman la conversación amistosa que es saludable y terapéutica. Amigo es quien da lo mejor de sí mismo al amigo que no pide ni exige nada.
El buscador es un buen amigo. Esa es al menos mi experiencia. Escucha, ríe con frecuencia y disfruta de la ocasión en que puedes verte con él. Me consta.