viernes, 23 de noviembre de 2012

La fuente donde yo bebo


Hace unos días, en un programa de la tele, daban las soluciones para ser feliz. No discuto las innumerables razones que los contertulios exponían para ser afortunado en calidad de vida. Recuerdo argumentos como la salud, el dinero, la educación, el amor, la suerte, el trabajo y tantas y tantas cosas más...
Para mi ser feliz no es cosa de tener siempre una sonrisa ni tampoco realizar grandes proezas. La cosa es mucho más sencilla y funciona aunque claro está, una carencia excesiva por necesidades de supervivencia nos la haga más complicada.
Ahora y desde hace ya un tiempo prudente, me puedo considerar una persona feliz.
El secreto de mi bienestar se debe a un simple motivo y consiste en que soy una persona agradable conmigo mismo y trato con los demás serlo. Disfruto de ese sentimiento que da mi corazón y casi siempre comunico. Intentar hacer las cosas con esa especie de amor y de tacto, es para mi la clave en alcanzar una calidad de vida aceptable. Nada más.


1 comentario:

Ana M. dijo...

En tal caso me alegro de que lo hayas conseguido, por supuesto estar a gusto con uno mismo es lo principal, sin eso no se llega a ningún lado. A mi, sin embargo, me falta, o yo necesito, por mi condición, una persona a mi lado. Quizás no sea necesario, quizá sea estúpido, pero bueno, lo echo en falta.
Saludos.
Gracias por pasearte a veces por mi blog y dejar tus comentarios, me gustan mucho.