Tengo miles de recuerdos de infancia y de juventud. Puedo asegurar que a pesar de mis tristezas, por estas épocas tan malas de escasez, mi corazón se vuelca a todo aquello que tiene perfume de Navidad... Las candelas de mi pueblo, las fiestas escolares, ahogarme con las 12 uvas, las tantas delante de la tele con su emisión de magrugada, mi calle y la gente querida de mi pueblo, mi primera bicicleta... La gente que nos sentimos tristes por estas fechas, tenemos el corazón de un niño mayor. Ese sentimiento nos llama al pasado y nosotros no sabemos volver a el quizás porque nos haga más daño.
Estoy emocionado porque escribiendo, vuelvo a ser ese niño.
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