lunes, 17 de noviembre de 2014

Un día gris


De pronto aparece la tristeza y no hay motivo aparente. Simplemente despiertas en un día gris como de un mal sueño. Sales a la calle y te cruzas con personas también grises y palomas en los parques que subsisten porque tienen que vivir para sacar el día. El fondo de mi corazón no deja pasar su luz y, en la acera, hay gente pidiendo que es de mi país cuando antes trabajan y tenían una familia. Me da pena lo que me rodea. Con mirada sensible me afecta todo con sentimientos que nadie tiene la culpa y no hay nadie a quién reclamar...
Entro en una cafetería con más gente grís. Pregunto dónde está el lavabo y me miro en el espejo. La mirada no engaña y se hace cristalina. Fuera llaman a la puerta porque alguien reclama el urinario y al salir, nos decimos hola para que no haya un silencio...Mis ojos se repiten en mi memoria. El café de dá ánimos y siento ganas de escribir más que todo, para desahogarme...
Después del trabajo, llego a casa por fín. La música es mi salvavidas y elijo a Stacey Kent. En nada la tensión del día desaparece y por un momento, me quedo dormido...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

C'est un éclat de verre, c'est la vie, le soleil, c'est la mort, le sommeil, c'est un piège entrouvert...

Motivos, así como vamos, parece que siempre hubieran...
Si es que hay días en que sería mejor pasárselos de largo para no "ver" lo que nos encoge el corazón.

Amando García Nuño dijo...

En esos días grises, es mejor no mirarse al espejo en los lavabos de los bares: lo más probable es que descubras que no existes.
Abrazos, siempre

maduixeta dijo...

Esos días grises en los cuales te vuelves casi transparente.
Bonita música para relajar las tensiones y las nieblas del día.

un saludo

Buscador dijo...

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