jueves, 15 de octubre de 2015

¿Realidad o mentira?


En mi vida tengo dolores que conviven. No impiden demasiado mi quehacer diario pero, nunca se van por no encontrar una solución. Viven de forma latente muy acomodados en un rinconcito de mi corazón e incordian pero, yo los arrastro con sacrificio y sin darme cuenta, les doy alimento para que vivan en mi...
Es complicada la vida del mal vivir. Vamos arrastrando impurezas de las que no sabemos deshacernos enredándose en nuestro pensar y formando un laberinto sin fin mas, pesan con aplastante realidad cuando dicen "AQUI ESTOY"...
Nos prometemos buscar una solución que se aplaza más y más, esa determinación que jamás llega. Pululan por nuestro pensamiento condenas que parecen no tener solución y,  nos amargamos la existencia cuando ese dolor se hace más presente...
Nos prometemos cada nochevieja cambiar con ilusión, prometemos a nuestra pareja y con amor pronta solución o que eso no volverá a suceder con mucho ahinco pero, sigue sucediendo hasta que un dia por una causa u otra, EXPLOTAMOS...
El dolor invisible es como un virus latente como el VIH. Nos carcome con una inteligencia que creemos ser superior a nuestras fuerzas y en grandiosa batalla interior que en muchos casos, es sólo un fantasma que nosotros mismos nos creamos. Persona inteligentísimas sucumben a las mayores idioteces jamás inventadas en Hollywood...
Pienso mucho en mi fragilidad; tan indefenso como un niño recien nacido que ahora de mayor, en ocasiones, sigo siendo el mismo niño...


2 comentarios:

Fina Tizón dijo...

Un texto interesante para hacer reflexionar. Opino que en "mayor" o "menor" grado todos, en algún momento, estamos presos en esa red que tan contagiosa es, y creo también que todos intentamos salir siempre de ella, con más o menos fortuna. A veces, lo conseguimos definitivamente, otras, el virus vuelve a hacer acto de presencia. Es la forma de avanzar en nuestra vida. Es la complejidad del ser humano.

Feliz jornada

Fina

BEATRIZ dijo...

Es nuestra mortalidad lo que asusta y duele con ese dolor latente. Por eso no me gusta mucho la gente que vive pidiendo disculpas, creo que no tendríamos que hacerlo si viviésemos más conscientes de lo que hacemos, pero somos humanitos persiguiendo sueños y justificamos muchas malas acciones con las emociones, ilusiones, o sentimientos, mejor pensar más.

Saludos.