miércoles, 30 de marzo de 2016

El vuelo de la Alondra



Ella tenía un secreto...Se lo contaba a su soledad, a las estrellas y a la Luna, a su espejo con sus ojos cristalinos...Paseaba por las calles en diálogos enormemente hermosos con su corazón pero, su secreto era sagrado quizas por desconfianza, quizas por miedos. Su vida íntima era especial y espacial por su amplitud, tanto, que se recreaba en secretos que contaba a su amiga íntima pero jamás de la magnitud de aquel secreto...
Imaginaba miles de historias y sonreía con ocurrencia; disfrutaba o lloraba ya que aquel secreto lo abarcaba todo. A veces era sensible como el papel de fumar y tan ligero como sus sueños. Con un chocolate negro de almendras viajaba de océano a océano y depende del estado de ánimo, lloraba o reía. Era mujer sobre todo como melodía de la vida que se embarca quizás a lo desconocido...
Potente y fuerte cuidaba de su familia y, la adoraba al ser fruto de su sangre pero, ella tenía un secreto que unas veces la hacía feliz y otras lloraba como una magdalena mojada en sentimientos.
Reunió valor, reunió decisión y decidió contarlo...
Se citó con su amiga para tomar café, ella invitaba. Como cosas que nacen de la amistad sincera, ella le abrió su corazón, casi cerca del oído y la amiga con toda su sinceridad le dijo: Ese secreto eres tú y yo haré como si lo olvido porque ya es mío también y ¿sabes? ahora te quiero mucho más...




7 comentarios:

LOBEZNA dijo...

Los secretos a veces son inesperados. Un saludo.

Gladys dijo...

Un buen relato, pero creo que en estos tiempos ya no existen ese tipo de secretos, ahora la juventud es más abierta decidida,como siempre debió de ser.
Un abrazo.

18 susurros del viento dijo...

Al final el secreto dejó de ser secreto.. Que relato tan bonito.. Me quedo por aquí! ^^

18 susurros del viento dijo...

Al final el secreto dejó de ser secreto.. Que relato tan bonito.. Me quedo por aquí! ^^

Kasioles dijo...

Cuando el secreto lo compartes, ya ha perdido su calificativo.
Hay amigas que saben guardar lo que les cuentas, creo que son las menos, pero si tú, de verdad, quisieras guardar algo, mejor es no compartirlo ¿O quizá ella quería que su amiga se enterara porque era incapaz de guardar por más tiempo lo que sentía...?
Cariños y buena semana.
kasioles

Marina Filgueira dijo...

Estoy de acuerdo totalmente con Kasioles. Y es que casi todos llevamos a cuestas un secreto que no contamos a nadie. Solo se cuenta en forma de metáfora... ¡Es un precioso relato, chico! Que has sabido plasmar a la perfección.

Te dejo un besito y toda mi estima y gratitud.

Amapola Azzul dijo...

No se si es bueno contar los secretos, Un beso.